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> La Habitación de Lullaby <

Sunday, March 11, 2012

Ya no necesito más.

Sabes esa sensación?
Esa que te quita el hipo cada vez que la vives, esa que merece la pena vivir para poder quedarte sin aliento durante unos segundos, la conoces?
Son los llamados momentos de película.
¿Qué por qué se llaman así? Muy sencillo, son la perfección, esa que es imposible llegar a vivir en una vida real, dejando atrás los focos, las alfombras rojas, los kilos de maquillaje y un guión preparado para emocionar.
Son momentos que solo pasan una vez en la vida de un ser humano, momentos que se quedan en tu retina, en tu memoria, en tu imaginación o, simplemente, en tus sueños.
Momentos que desearás hacer realidad o volver a repetir, pero eso es imposible; no volverán, nunca lo harán.

Solamente hay una opción, una entre un millón, de que puedas vivir en tu sueño, en tu película con guión improvisado, una sola posibilidad de llegar a tocar el cielo con las manos, la perfección más imperfecta dentro de un mundo real y relativamente normal.
Se llama amor; lo conoces?

Ir por la calle y notar como ese momento tiene música, que hay alguien filmándote desde el final de la calle, controlando cada movimiento, porque nada puede ser tan perfecto como lo es en ese instante.
Sus dedos entrelazados junto a los tuyos, su pasos acorde con los tuyos y ese silencio tan cómodo como el mejor cielo estrellado en la noche de San Juan.
Los dos, caminando, sentir que no hay nadie más a tu alrededor, y él te para, te abraza y te promete un
para siempre.

Un siempre que no tiene final.
Que no hay vuelta atrás, sabes que es él, que no existe la palabra "duda" en tu vocabulario.
Sabes que es perfecto, que sus ojos pardos son inigualables, sus abrazos, cada noche a su lado y despertar entre sus brazos.

Sabes que es él. Se que es él.
xoxo-L

Wednesday, February 15, 2012

En tan solo una mirada...

Y él se paró a  pensar, tan solo por un minuto, en lo que había cambiado su vida en cinco semanas.
Se dio cuenta de que había encontrado a la persona que había estado esperando durante los últimos diecisiete años.
Pudo ver como esa linda niña le entregaba su vida, su amor, su tiempo libre y el que no tenía.
Había conseguido que ella se lo diese absolutamente todo.
Ganarse su confianza, sus te extraño, cada uno de esos tequieros , que a ella tanto le costaba decir.
Pero él lo había conseguido.

Ya habían pasado diez de esos sesenta segundos.
Sabía que ella era especial, que no podía dejarla escapar; pues era todo lo que él estaba esperando.
Pero cada uno es como es.
Difícil cambiar en cinco semanas... difícil? No, más bien imposible.
Siguió pensando y actuando como lo había hecho hasta aquel día en el que la conoció.
Siguió creyendo que necesitaba conquistar a cada una de las princesas que cruzaban su palacio, en busca de tan solo un minuto; como este que él estaba empleando en pensar en ella.

Ya tan solo quedaban treinta segundos.
Quería pensar en los pros y los contras de esa relación.
En cada vez que ella le sonreía y él caía rendido a sus pies.
Cada uno de esos abrazos sin fin. Las tardes frías, que acabaron siendo calientes.
Se dedicaba a pensar en lo que ella le hacía sentir; pero, en ese momento, un antiguo amor apareció por su mente. Por su desbarajuste, por su loca cordura.
Y ni siquiera se dio cuenta, de que esa persona había estado en el pasado. Que no podría ser más de lo que fue, que ahora tenía algo mejor y era feliz.
No se daba cuenta de que si tomaba la elección errónea, su pequeña princesa sufriría como nunca...

Diez segundos.
El mismo tiempo que había empleado en recordar todo lo que le había hecho sentir a su niña.
Diez segundo de dudas, de descontrol, de locura y ganas de ir contra las reglas.
Ese momento en el que una sola decisión puede cambiar, irremediablemente, el curso de las cosas...

Cinco segundos.

Cinco, lo vio.
Se dio cuenta de que era a ella a quien quería; a la que había entregado una de las cosas más importantes de su vida, algo que sería suyo para siempre y de nadie más.
Entonces, cuando apenas quedaban tres segundos para que ese denso minuto terminase, alguien le abrazó por detrás. Le tapó los ojos con sus frías manos y le dijo " ya estoy aquí".

Un segundo.
No necesitaba más tiempo que eso, porque en tan solo un segundo, pudo decir lo que tanto ansiaba, lo que necesitaba decirle a esa pequeña princesa; "no te vayas nunca".

xoxo-L

Sunday, January 29, 2012

Quema, recuerda y construye.

Ni siquiera pude mirarte a los ojos mientras me decías ese "no" que marcaría un antes y un después en mi vida.
Tampoco fui capaz de hacerlo aquel día que me enseñaste que no eras como yo realmente pensaba que eras.
Sin embargo,  cuando volviste y me pediste una segunda oportunidad, detrás de esa mítica frase de "rectificar es de sabios", estaban esos meses.
Esos meses en los que hiciste todo lo posible por dejarme a la altura del barro, en el subsuelo, en los suburbios de esta ciudad llamada vida.

Ahora bien, desde ese momento el que supiste que yo ya no era tuya.
Desde el mismo segundo en el que viste como mis labios se juntaban con los suyos.
Desde el momento el que viste como una enorme sonrisa aparecía en mi cara y, sorprendentemente, tú no eras el causante de ella, todo cambió.

Supongo que, desde que dejamos en un cajón la pluma con la que escribíamos nuestra historia, han pasado muchas cosas.
Pero, he de decirte que todo el mundo merece segundas oportunidades.
Solo hay una cosa de la que no te has dado cuenta; y es que, yo ya te di una segunda oportunidad aquella noche.
Y tu "no" fue suficiente para mostrarme como debía continuar.

Apareció él.
Surgió de la nada, como un ave fénix, prometiendo todo lo que tu habías prometido antes.
Solo hubo una cosa que lo diferenció, y es que el está cumpliendo cada una de sus palabras.
Se que no es posible borrar la historia de tu vida, tampoco de la mía.
Se que no tuvimos suerte, pero ahora se lo que quiero hacer.
Quiero tenerle a mi lado cada  día.
Que sus besos roben mis pensamientos desde que mis ojos se abran, hasta que vuelvan a caer.
Quiero que sus brazos me rodeen, me abrace como solo él sabe hacerlo.
Que me me calle con un beso, que me llame bajita y luego sonría.
Que me mire como hacía tiempo que no me miraban, y sentir que vuelvo a ser feliz.
Que alguien vuelve a quererme tal y como soy, sin tapujos ni tiritas.

Difícil? sí. Pero supe afrontar tu "no", tu "rectificar es de sabios" y su "quiero estar cada segundo de mi vida junto a ti".
Fácil elección.

xoxo-L

Tuesday, January 10, 2012

hola vida, he vuelto!

No se si es por su extraña forma de besar, por lo despacito que hace cada uno de sus movimientos o porque me encanta cuando me guiña su ojito derecho..
Puede que sea cuando me coge de la barbilla y acerca su boca a la mía lentamente o cuando me retira el pelo de la cara para besarme.
Puede que sea la delicadeza con la que me coge entre sus brazos o lo bien que encajan mis dedos entre los suyos.
Será su cara de niño o el saber que no lo es. 
Puede que sea la tranquilidad de saber que le voy a ver todos los días, que va a estar esperándome en la puerta de mi casa con una bonita sonrisa en la cara.
Saber que va a estar ahí cuando simplemente necesito desconectar o sonreír por cosas sin sentido.
Seguramente sea su poca conversación  o su actitud de oso amoroso, las que me provocan esta sensación.
O quizás sea el saber que no tengo cadenas, que no hay nada serio, que no tiene un nombre, ni lo va a tener por el momento.
Puede que el hecho de que nadie sepa de la existencia de esta relación, sea lo que la convierta en perfecta.
Me gusta así, lo que tenemos o no tenemos, pero me parece que merecia volver a ser feliz!


Tuesday, December 27, 2011

Que bonito despertarse y.. a no.

Como me gustaría que dentro de cuatro días, solamente cuatro días, mi memoria pulsase la tecla Supr. y a continuación reiniciase todo el sistema.
Ver como la luz deja de parpadear en verde, para volverse roja. Pasar al estado Off de la informática.
Me gustaría que con un simple "clic" la memoria RAM hiciese un lavado completo, ese que permite dejar todo el espacio del disco duro libre, la que nos permite volver a empezar desde cero.
Pero, por suerte o por desgracia, hace más de dieciséis años que soy un ser humano.
Un ser humano, con todo lo que eso conlleva.

Si cruzas la barrera de la amistad, puede que llegues al amor. Al más absoluto de los cielos, al momento preciso en el que tus labios y los suyos se transforman en las estrellas con las que has soñado cada noche.
Si llegas hasta allí, tendrás el premio gordo, la medalla de oro, el Oscar de los sentimientos.
Pero para poder alcanzar ese momento, antes habrás tenido que pasar por otros muchos. 
Momentos en los que tu solo, con tus pensamientos, habrás tenido que tomar decisiones.
Esas decisiones podrán haber estado influidas por las opiniones de tus amigos, de tu familia. Pero, a la hora de la verdad, eres tú quien debe valorar las decisiones que vas a tomar y las consecuencias que traerán.

Os diré que hay momentos por lo que no volvería  pasar, pero son inolvidables.
Noches en las que tuve que decidir, yo sola, si eso era lo correcto, si debía callar y seguir con mi perfecta vida, o decir toda la verdad y perder esa perfección.
En esa ocasión, tome la decisión correcta y dejé escapar a la perfección.  A la historia de dos adolescentes que habían vivido meses de cariño y horas al teléfono. Largas facturas de teléfono que lo decían todo, momentos de risas, lugares que nos pertenecían, incluso hoy lo siguen haciendo.
Pero, he de reconocer que dejarlo escapar me llevó a conocer a la imperfección. A la lujuria, al descontrol, a todo lo que yo había criticado hasta el momento. 
He de reconocer que, si ahora se diese esa situación de nuevo (la cual se ha dado), no volvería hacerlo.
Me quedaría en casa, tranquilita y sin meteduras de pata.
Porque esa es una de las historia que, después de bastantes meses, me sigue persiguiendo.

Tuesday, December 20, 2011

Let it be-

Cuando ya se acerca, las sensaciones vuelven a reunirse y retornan al comienzo de su historia.
Nacen, viven y vuelven a morir, se convierten de nuevo, en pensamientos abstractos, para poder ser recordados en las mismas fechas cada año.
Vuelven las estrellas doradas, las cintas de espumillón y el nacimiento en el salón.
Vuelven los villancicos y las luces alumbran las calles. Vuelve de nuevo el espíritu navideño y todo lo que eso conlleva.

Tú, él, ella, nosotros, vosotros y ellos, juntos o separados, pero  todos celebraremos el nuevo año.
Hay momentos que cambian la vida de las personas, pueden ser momentos que duren un verano, un mes, una semana, un día, o un solo minuto. A mi, ese último, me bastó en muchas ocasiones, durante este año, para tomar decisiones.
He de admitir que me confundí en algunas de ellas, pero si no las hubiese tomado, no habría vivido sus consecuencias. Bonitas, alegres, tristes, esperiencias imaginarias o reales, acompañada o en la más absoluta soledad.
No es que haya estado sola, no. Porque, en realidad, he estado rodeada de las mejores personas que he ido encontrando en mi camino a lo largo de estos doce meses.

Me gustaría dedicarle un minuto a cada persona que entró, se quedó o se marchó.
Decirle a cada uno de ellos lo importantes que han sido para mi, porque lo creais o no, este año ha sido el mejor con diferencia.
Ha habido alegrías, fiestas, amigos que vienen, que se van, e incluso amigos que vuelven de nuevo. Familia que te apoya, familia en la que confías más de lo que lo hacías, familia. Ha habido noches de descontrol, de desenfreno y tambien mañana de hibuprofeno. Ha habido tardes bajo el sol y mañanas de cariño, mañanas de amor y comprensión.
Ellos, a quienes recuerdo con especial cariño, porque por suerte o por desgracia, yo he cambiado mi forma de pensar y la rapidez de madurar, he cambiado gracias a ellos, a cada situación vivida.

En estos doce meses, he aprendido a perdonar, a comprender, a saber escuchar y a que me escuchen. He aprendido a perder, a ganar y a tocar fondo, pero tambien a tocar techo, el más alto de los techos de este universo.
He aprendido a querer, a amar, a echar de menos y a olvidar. He aprendido a confiar y a desconfiar, a estudiar a las personas y comprender sus actos. He aprendido que un amor dura toda una vida, que no es facil pasar página, que todo tiene un precio, un valor.
He aprendido a decir "no" y a saber cuando aceptar, cuando ceder y cuando dejar el orgullo atrás. He visto acercarse a mi vida a grandes personas, y ver como otras se alejaban, he retenido a mi lado a los mejores, a los que, pese a haber vivido momentos duros, se han quedado o han vuelto.

Doce meses que han dado para mucho, para pensar, para llorar, para reir,soñar, crecer, madurar, sonreír de verdad, añorar, para gritar un "te quiero" y para valorarlo.
Para abrazar y hacer que ese abrazo hable por si solo. Me ha dado tiempo de estudiar, de dormir, de jugar y chismorrear, pero cada vez menos, de darme cuenta de que las personas son maravillosas, que nadie es malo, que soy incapaz de odiar a una persona, a ninguna. Que el cielo no siempre es azul y que el mar puede ser verde.
Que hay que saber cuidar a las personas, a cada uno a su manera, pero no dejarlos marchar.
He aprendido a ser derrotada y a derrotar, a seguir con la cabeza bien alta y obviar los malos comentarios, los murmullos.

Pero, sobretodo, este precioso año, he aprendido a amar.
Amar a mis padres, a mis abuelos, a mis primos, a mis amigas y a mis amigos, a él. Amar a mi pasado, a mi presente y a mi futuro. Amar mi trabajo, mis aficiones y mis ratos libres.
Amar la escritura y a este blog. 
Amor a lo desconocido, a lo imposible, a las aventuras!!

Ha sido un gran año, si tuviera que resumirlo en fotos, sería fácil, pero no querría estropear vuestros recuerdos, pues estoy segura de que son diferentes a los mios.
Estoy segura de que habeis vivido tantos momentos como yo, pero de verdad, os quedareis con los buenos, con los que os han hecho sonreir, con cada amanecer y anochecer, con este invierno, aquella primavera o ese verano.
No importa, sabes que hay imágenes y personas que se conviertieron en parte de tu historia, que por muchos años que vuelvan a pasar, siempre se quedarán allí, esperando para ser recuperados y deseando que vuelvan a ser contados con la misma ilusión con la que fueron vividos.

xoxo-L

Wednesday, December 14, 2011

Dudo del "siempre" y confío en el "posible"

Tampoco creo que el mundo este hecho para mirarlo desde unos ojos llenos de lágrimas.
Ni que estas lágrimas, tengan que caer por culpa de alguien o de algo. No creo que tengamos que llegar a pensar en tristeza, dolor, sentimientos angustiosos o memorias de un día cualquiera.
Pienso que hay que llorar para liberarnos, para dar a conocer nuestros sentimientos en cada instante, porque podemos llorar de dolor, de tristeza, de alegría, nostalgia, amor, añoranza, de tenerlo todo o de no tener nada. Podemos llorar por culpa de alguien, por culpa de algo o por culpa de uno mismo.

He visto llorar por una mala nota y por una buena, he visto llorar a mi madre por mi, y a mi padre por ella.
He visto llorar a mis amigas, las unas por las otras; como una lágrima caía por sus mejillas, mientras intentaban taparla con una humilde sonrisa.
Hace tiempo, le vi llorar a él, le vi llorar y escuche cada sollozo, pude comprobar hasta donde llegaban sus lamentos. Los escuché.
Vi como ella lloraba por él; como sonreía, mientras él caminaba entrelazando sus dedos entre los dedos de otra chica, como ella seguía al pie del cañón, mientras otras hubiesen pasado página.
He visto convertirse en diamante la más triste de las lágrimas, como un simple beso podía darle al  rev. Y hacer que todo volviese al principio, que empezase y volviesen a escribirse cada uno de sus guiones.

Sin embargo, puedo asegurar que la cosa más triste que he visto,
es su sonrisa.

Su sonrisa triste cuando me escuchaba hablar de ellos.
Cada vez que me sonreía desde el otro extremo de la calle, cada mañana en la que dos besos eran suficientes para volver a creer que podían convertirse en uno solo.
Podría describir su sonrisa, incluso su risa.

Puedo asegurar que tiene cinco sonrisas.
La "borde"; esa que sale, por lo menos, tres veces al día. Esa que responde a un comentario sarcástico, a un aspecto que le ha molestado y para el que no encuentra respuesta.
La "down"; esa que, por suerte o por desgracia, suele utilizar para hacerse el gracioso, para llamar la atención. 
Esta es una mezcla entre risa y sonrisa, pues sonríe mientras deja escapar un "heeeheee" entre sus labios. 
La sonrisa "familiar" ; esta es mi preferida, es la que pone cuando esta rodeado de su familia o de sus amigos cercanos, pero con estos últimos, solo la saca cuando no hay nadie más presente. 
Es una sonrisa de confianza, de cariño, una sonrisa que dice "estaré para lo bueno y lo malo".
La "ñoña"; esa que conozco como nadie, esa que he visto de lejos y de cerca, a diez metros de mi y a un centímetro de mi boca.
Esa que esbozaba cada vez que nos mirábamos, esa que tenía como consecuencia una bajada de la mirada.
Esa que era amor y amistad al mismo tiempo, deseo y cariño a la vez.
Y, por último, la sonrisa "triste"; os puedo asegurar que no he visto nada más triste que esa sonrisa.
Es una mezcla entre impotencia y valor. Una sonrisa comprensiva y deseosa de aventurarse a nuevas vivencias. Esa que lo dice todo, sin necesidad de abrir los labios, ni enseñar los dientes.

Y, ahora, creo que ya puedo decir lo que necesitaba expresar.
¿Sabes lo que es pasar página? ¿Cuántas veces lo has hecho? ¿Cuántas veces has vuelto a empezar y cuántas has terminado? ¿Serías capaz de soñar y vivir al mismo tiempo?
¿Sabes cuál es la forma de ser feliz? ¿La forma de desprenderse de esas pequeñas lagrimitas?
Yo puedo responder a todas estas preguntas, y se las respuestas correctas.

Yo dudo del "siempre" porque no vivo en el infinito, no porque no me lo hayan demostrado, ya que puedo asegurar que lo han hecho. Personas que estuvieron, están y estarán.
Yo confío en el "posible", porque todavía no ha habido nada de lo que me he propuesto, que no lo haya logrado, pues  si algo quiero, me constará más o menos, pero lo consigo.

xoxo-L