Se que esto es extraño, debería haber aparecido de otra manera. Volvamos a empezar.
Me gustaría presentarme, pero no puedo hacerlo. Si lo hiciese, rompería las barreras del tiempo y de la realidad.
Pero puedo decirte algo, para que estés más tranquila, mientras te cuento algo importante.
Yo a ti te conozco muy bien. Se cada movimiento que has hecho desde aquel tres de julio de 1995.
Conozco a cada miembro de tú familia y también a los que ya no están. A los que se fueron.
Recuerdo la manera en la que lloraste tu segundo día de guardería, con tan solo dos añitos, o la última interpretación teatral, en ese mismo lugar, cuatro años más tarde.
También podría contarte tu primer día de colegio o cuando conociste a esas tres chicas.
¿Las recuerdas? ¿Recuerdas ese día que ibais las cuatro vestidas con la misma ropa? Eso es felicidad.
También podría contarte tú primer día de entreno. Sí, tu primer día en aquel club de Tenis.
Por entonces no sabías que ese lugar iba a convertirse en tu hogar años más tarde.
Podría contarte el primer enfado con una amiga y los seis meses sin hablarle, pero no merece la pena hacerlo, pues tu sabes que fue tiempo perdido.
Es probable que me esté aproximando a un momento clave en tú vida ¿verdad?
La perdida de alguien muy importante para ti..
No me mires con esa cara, ese momento forma parte de tu vida y no lo puedes borrar.
...
Está bien, no te lo recordaré. Pero espero que comprendas que, gracias a ese momento, maduraste antes que los demás. ¿Fue triste? Sí. Muy triste. Pero aprendiste a valorar a las personas.
Luego vinieron momentos extraños. Nuevas amistades, olvidos, discusiones, y reconciliaciones.
Podría hablarte de esas chicas que te hicieron sentir mal. ¿Pero sabes una cosa? Tampoco merece la pena.
Porque gracias a eso, encontraste la verdadera amistad. Te alejaste de la gente del colegio y te fuiste con otras personas.
Con el tiempo, esas chicas, se han convertido en tu familia. Y si alguna vez, tienes dudas, borralas.
Yo te puedo decir, que en el futuro, muchas de ellas te van a ayudar en momentos difíciles.
Cuídalas bien, pues habrá una etapa de tu vida en la que las necesitarás más que a nadie. Y ellas estarán allí.
¿Por qué te sorprendes de esa manera? No te he dicho quién soy, pero se que ya lo empiezas a saber.
Está bien, yo tengo una misión. Y es que tengo que contarte algo importante.
Se que lo has pasado bien.
Se que lo has pasado mal.
Pero, cuando se trata de chicos, no te debes complicar. Ahora tienes... dieciséis? diecisiete? Sí, acabas de empezar el Bachiller, así que tienes dieciséis. Bueno, pues tengo algo que decirte.
Falta mucho tiempo para que encuentres al que será el gran amor de tu vida.
Ahora pensarás que no tengo ni idea de lo que hablo. Pero sí que la tengo.
Faltan unos cuantos años para que encuentres a ese chico que sea tu amante, tu amigo, tu marido, el padre de tus hijos, tu gran amor.
Pero llegará. ¿Llegar? En realidad será increíble y le querrás más de lo que puedes llegar a imaginar en estos momentos.
Sin embargo, a tu edad, necesitas disfrutar. Necesitas salir, ir de fiesta, beber alcohol, probar cosas nuevas y confiar en todo el mundo. Es lógico, tienes dieciséis años y es lo que toca hacer.
Pero, recuerda, todo lo que hagas, hazlo con cabeza. Se responsable de tus actos y no hagas nada sin pensar.
Se que te parecerá una tontería, pero no lo es.
Yo te prometo que todos los chicos con los que estés hasta que llegue él, todos tendrán cosas buenas.
Pero serán amigos especiales. Conserva esos amigos y disfruta con ellos.
Pero recuerda: son amigos especiales.
Si, se que te está reconcomiendo todo lo que estoy diciendo, lo se.
Pero también se que sabrás ser feliz cada día de tú vida. Y que cada persona que pasé por ella, te dejará una lección acompañada de muchos momentos.
¿Mi consejo? Aprende cada lección que te de la vida, y aplícala.
Te prometo que vas a ser muy feliz.
Ahora ya puedes irte. Pero no olvides quien eres. No olvides de donde vienes y ten claro de quienes quieres rodearte. Vas a hacer grandes cosas Lullaby, debes tener paciencia.
Buena suerte pequeña, yo seguiré viviendo la vida.
Mi vida.
Nuestra vida.
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