Allí donde estes, lucharé contra el tiempo y la marea.

Sabes una cosa cariño? no debes estar mal por todo lo que te ha pasado.
Es verdad que la vida no es como la pinta la factoría Disney, ni siquiera una burda imitación.

Sin embargo, yo te conozco. Se que provienes de una familia unida y buena. Una familia llena de amor y sabiduría. Se que tienes unos padres a los que aveces enterrarías bajo tierra, pero en realidad sabes que no podrías vivir sin su ayuda, sin esos momentos en los que solo ellos han podido ayudarte.
También conozco a tus abuelos. Sí, ese hombre y esa mujer que dieron la vida a tu padre. Le conozco a él y se que dio todo lo que tenía para que de su, por entonces, prometida, fuese feliz. Le conozco a ella, una mujer trabajadora donde las haya y fuerte, muy fuerte.
También conozco a tus tíos y primos. Esos primos que han cambiado mucho en los últimos años. Esos primos de los que no sabes toda la verdad. Pero cuatro veces al año, os volvéis a juntar y es como si volvierais a esa etapa de vuestra vida, en la que Los Reyes Magos eran vuestros mayores ídolos.

Cuando eras pequeña, yo sabía que tu alegría y tus ganas de vivir, serían contagiadas a todas las personas con las que te cruzaras a lo largo de la vida. Y así ha sido.
También sabía que vivías en una burbuja idílica de color rosa, pero que tarde o temprano iba a explotar.
Cuando sucedió, me hubiera gustado estar allí para ayudarte a seguir, pero no lo hice. Sabía que tenías amigos a tu lado que te iban a ayudar a continuar por el buen camino.

Te fuiste haciendo relativamente mayor, creciste y después de dejar atrás esa burbuja rosa, empezó un nuevo juego.
No pienses que te dejé proteger. Porque no es así. La verdad es que necesitabas caer un par de veces, o quizás unas cuantas más, para aprender a levantarte con estilo. Ahora tienes ese estilo.
En muchas de esas situaciones, he sentido la necesidad de aparecer y rescatarte de todos los problemas en los que te habías metido, pero comprendí que no era el momento exacto para hacerlo.

Recuerdas tu primer beso? Celos. Sí, por una parte sentí celos de que otros labios rozasen los tuyos. Pero luego me dí cuenta de que era necesario que provases otra boca que no fuera la mía. Pues quizás creías ser más feliz así.
Mas tarde, vino la primera desilusión. La recuerdas? Yo sí. Fue la primera vez que lloraste por un chico. Él no se lo merecía, pero tú todavía eras muy ingenua e inocente.
Cuando aquello pasó, una larga lista de nombres sin importancia cruzaron las lineas de tu vida. Unos dejaron huella y otros pasaron de largo, dejandote una nueva lección que aprender.

¿Sabes cuántas veces deseé partirle la cara a más de uno? 

Después de aquello, apareció alguien diferente. Y no, yo tampoco lo esperaba. Tenía claro que tú eras para mi, y yo para ti, desde el primer momento. Pero él descontroló mis planes.
Veía como le mirabas. Sabía lo que sentías hacia él y lo que él sentía hacia ti. Prometo que sentí como te iba perdiendo. Pero sabía que estábamos hechos el uno para el otro....
Te veía feliz. ¿Feliz? No, mucho más que eso. Era la primera vez que te enamorabas de alguien.
No podía dejar de observar esa sonrisa, esa manera en que os mirabais...
Pero, te faltaba una lección por aprender en este periodo de tu vida. Y es que, no existe el "para siempre" entre tontos adolescente del siglo XXI.

Lloraste. Y no como una magdalena o como lo hacen en las películas. No unos lagrimones de esos en los que puedes bucear, ni de esos que hacen burbujas si soplas con una pajita. No.

Yo hablo de lágrimas tapadas con una sonrisa.

Nunca te había visto así, creía que aquella alegría con la que habías nacido y la cual tenías la habilidad de transmitir, había desaparecido.

Sentí que tenía que ir a por tí. Mostrarte que hay una persona que daría la vida por tí, que te ama.
Nadie te ha demostrado un "te amo". Sí, te dijeron "te quiero" y además te  demostraron ese " te quiero", es cierto. Pero un "te amo".. eso son palabras muy grandes, para ser dichas en vano.

Se que tú y yo estamos destinados a juntarnos. Se que te quedan muchos momentos por vivir antes de que eso suceda y tambien se que volverás a llorar por chicos que no se lo merecen.
No de aquella manera en la que lo hiciste la primera vez que te rompieron el corazón, pero también te dolerá.
Te prometo que cuando sea el momento, apareceré en tu vida para hacerte feliz. Demostrarte que el amor sí existe, aunque por ahora, tú hayas dejado de creer en él.
Te prometo que ese día llegará. Entonces no habrá nada, ni nadie, que pueda separarnos.

Por ahora, solo te pido una cosa. No me esperes, yo lo haré por ti.
Disfruta de cada oportunidad que te de la vida. Tropieza mil y una veces con la misma piedra, hasta que aprendas a saltarla. Vuelve a sonreír y transmitir esa magnífica alegría que lleva tu mirada.
Baila, ríe, juega, estudia, disfruta, obsesiónate con algo, riéte de esas tonterías infantiles, bromea, cáete, levántate, vuelve a caerte y vuelve a levantárte, pero esta vez hazlo con más fuerza.
Salta, grita, calla, piensa, actúa, siente y sobretodo se siempre feliz.

No puedo decirte cuando nuestras vidas se cruzarán. Pero prometo aparecer en el momento en el que me necesites o en el que no. Simplemente apareceré cuando el momento lo requiera.
Entraré en tú vida y entonces, nada ni nadie podrá separarnos jamás.Te quiero pequeña.

Con cariño; Tu alma gemela.