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> La Habitación de Lullaby <

Friday, September 30, 2011

Le pedí tiempo al tiempo y me lo dio.

Reír.
Hace tiempo pedí un deseo a una estrella. 
Lo recuerdo como si fuera ayer.Yo estaba en el balcón de mi casa. Era de noche. Era verano.
Nadie caminaba a esas horas por la calle. Tan solo un pobre mendigo y yo, contemplábamos la luna.
Yo lloraba.
El reía.
Yo pensaba que era la persona más desgraciada del mundo.
Él miraba la luna y sonreía.
Yo pensaba en mi vida dos meses atrás.
Él miraba la luna y sonreía.
Yo cerraba los ojos y escuchaba una de esas canciones que provocan tus lloros, incluso cuando necesitas calmarlos.
 Él miraba la luna y sonreía.

En ese momento, deje de pensar en mi. Abrí los ojos y miré al vagabundo.
Él miraba la luna y sonreía.
Os puedo asegurar que nunca (y cuando digo nunca es nunca) se me han pasado tantas preguntas por la cabeza, como aquella noche.
Fue un momento raro. No sabía como sentirme. Creía que mi mundo se derrumbaba y aquel extraño hombrecillo, se dedicaba a mirar la luna y sonreír.

La primera pregunta que se me pasó por la cabeza fue; ¿Qué estará mirando?
Pensé que era ilógico mirar durante tanto rato la luna. No tenía sentido.
Luego me pregunté como podía estar sonriendo continuamente. Estaba segura de que no tendría razones para hacerlo.
Luego pensé en la razón de mis lágrimas. 
Miré al vagabundo. Le miré a los ojos. No lloraba, su mirada hablaba, sonreía.
Primero pensé que el alcohol le provocaba esos efectos, pero no parecía estar borracho.

Y comenzaron mis respuestas.
En ese momento comprendí una de las lecciones más importantes de la vida.
Cada momento hay que afrontarlo con fuerza. Con mucha fuerza. Y sobretodo, aprender de cada uno de esos momentos.
Cuando lloramos, es porque hemos perdido algo que antes teníamos o creíamos tener.
Cuando reímos, es porque pertenecemos a alguien.

Miré la luna. Sentí como iba menguando, como cada vez me iba haciendo más y más pequeña.
Me sentí como un pequeño grano de arena, en una playa del Caribe.
Vi como mis problemas ya no eran problemas, sino un pequeño roce.
Vi pasar todos los buenos momentos que había pasado en las últimas semanas, la gente que había conocido, las personas a las que había querido y a las que había echado en falta.
Sentí como la vida me estaba enseñando algo. No comprendía esa lección, pero intentaba descifrarla.

Volví a mirar al vagabundo. 
Esta vez, no dirigía su mirada hacia la luna. Pero seguía sonriendo.
Entonces lo comprendí.
La vida es corta. Muy corta y debemos aprovechar cada segundo de ella.
Pero no de esa manera típica de descontrol y fiesta. De sexo, drogas y Rock&Roll. NO.
Yo hablo de una vida dedicada a la felicidad.
Si sabes como hacer feliz a los demás, serás feliz.

Ese pobre vagabundo, no tenía a nadie por quien llorar. Nadie le iba  molestar, porque él no molestaba a nadie. Nadie iba a echarle en falta cuando desapareciese. 
Pero hubo un día en el que si que tuvo a alguien a su lado. 
Y con tan solo pensar en lo feliz que llego a ser un día, puede sonreír cada noche del resto de su vida.
Y es que, hay momentos que alimentan tu felicidad. Debes guardarlos y sacarlos en los momentos que los necesites, porque nunca desaparecerán. Siempre serán tuyos.

Y cuando empieces a llorar, las imágenes irán pasando por delante de tus ojos...
Sí, he sido feliz.

Prometo recordar cada momento bueno de mi pasado y seguir sonriendo. Porque sonreír es gratis, alarga la vida y aporta felicidad.

Esa noche, pedí un deseo.
Pedí volver a sonreír como lo hice aquella noche de sábado o aquella mañana de domingo.
Pedí encontrar el lado bueno de las cosas y valorar a quienes me valoran.
Ahora, cada noche, salgo al balcón y busco esa estrella a la que le pedí ese deseo.
Y le doy las gracias, por hacerlo realidad.

3 comments:

  1. Me ha encantado...
    lo del vagabundo, buah, te pasas.
    Quizá ese hombrecillo era feliz pero sin motivo... ya sabes, ese tipo de felicidad de la que poquísima gente tiene el privilegio de poseer.

    Tu sueño se cumplió... espero que yo un día pueda decir lo mismo! Sigo buscando una estrella a la cual perdírle el mío.

    Me alegro tanto por ti... sabes que tu felicidad es mi felicidad.
    =) Loves you,

    Bel

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  2. Simplemente perfecta! *-*
    Me encanta como escribes, tienes una forma de transmitir la cosas que es genial, en serio te lo digo :)
    Un beso! Y espero que sigas siendo así de feliz.∞
    http://mi-utopia-favorita.blogspot.com/

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  3. oh!k bonito!!!me encanta tu forma de expresarte de escribir,etc tu entradas son geniales,amor amor a amor...
    besitos!pasate por mi blog!

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